Hola, querida amiga Santa Teresa: ¿Dónde estoy? 1ª Estoy en un lugar único, soy ruina y también columna, peregrinos de todas partes han venido a visitarme y ahora me encuentro en peligro... 2ª Mi historia comienza con un anacoreta cristiano y muy venerado. Este santo varón nació en el año 390 en Cilicia, y desde muy joven mostró interés e inclinación por la vida eremítica, que le impulsó a vivir apartado de la sociedad en busca de la penitencia y la iluminación. Sin embargo, su fama y los milagros que se le atribuían en vida, frustraron repetidamente sus intentos de aislamiento, pues eran verdaderas multitudes las que le buscaban para obtener su consejo y ayuda... Pero, amigo viajero, habrás de esperar si deseas saber mi identidad, porque hasta aquí puedo contarte hoy... Así pues, ven, todavía te espero antes de que desaparezca para siempre... 3ª Decidido a continuar con el modo de vida que había elegido, este santo varón mandó erigirme y en mi cima, quería encontrar la felicidad que ansiaba y también allí arriba quería encontrar la mortificación. cuentan algunos que al principio tan solo medía tres metros de altura, pero me tuvieron que añadir doce metros más hasta alcanzar los quince. En aquel reducido espacio, expuesto a los elementos, este santo hombre pasó 37 años de su vida, sin bajar, fíjate bien, querido viator, ni siquiera en caso de enfermedad... Lo dejo aquí, pues estoy viendo llegar hasta mí a Mayen, a Luis María, a Juan Ángel y a Graciela Marta... Ya te contaré algo más mañana, pero ven, por favor, ven... 4ª Fijaos, su fama era tan grande que incluso el emperador Teodosio fue a visitarlo para buscar consejo y asesoramiento en él... Este santo se llamaba Simón o Simeón y tras su muerte, Antioquía y Constantinopla se disputaron sus restos mortales, yendo a parar a la primera ciudad donde fueron recibidos con gran veneración... Yo, por mi parte, pronto me convertí en un importante centro de peregrinación... Pero hasta aquí puedo contarte hoy, ya que estoy viendo a dos peregrinos más que acaban de llegar: Fernando y René, a los que les doy las gracias por venir desde tan lejos a visitarme... Ahora, amigo mío, tan solo quedas tú... 5ª Continuando con mi relato, veréis, os puedo contar que hacia el año 475 comenzó a construirse un martirium, es decir, un edificio conmemorativo dedicado al Santo. La construcción llegó a ser verdaderamente monumental (compitiendo con Santa Sofía en grandeza): incluía el martirium propiamente dicho en torno a mí, con forma de octógono, y cuatro naves o basílicas que partían de cuatro de sus lados, además de edificaciones anexas con funciones monacales... Bueno, mañana, si os parece, seguiré con mi historia para que podáis gozar de esta maravilla antes de que desaparezca... Por eso, te pido que vengas a visitarme, pues estoy en peligro. Ah, ten cuidado, ya que mi país se encuentra en guerra... 6ª El lugar en el que me encuentro ha llegado hasta nuestros días en estado de semirruina, ya que fue abandonado hacia el siglo VII cuando los musulmanes conquistaron el país. Aun así, lo que se conserva muestra aún la grandeza y esplendor con que se concibió este centro religioso... En fin, si te parece bien, mañana, que es el último día de visita, te termino de contar mi historia y te digo mi nombre... Te espero para ese acontecimiento... Así pues, hasta mañana...

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